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ESTA ES LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO "Rafael Delgado, Realidad y Mito de un Pueblo", de la autoría de Pedro Enríquez Hdez.

UBICACIÓN DEL MUNICIPIO DE RAFAEL DELGADO, VER.

El municipio de Rafael Delgado, Veracruz, México, se encuentra ubicado en la zona centro del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, en las coordenadas 18° 49” latitud norte y 97° 04” longitud oeste, a una altura de 1,160 metros sobre el nivel del mar.

Limita al norte con Orizaba; al este con Ixtaczoquitlán; al sur con San Andrés Tenejapan, Tlilapan y Nogales; al oeste con Río Blanco. Tiene una superficie de 39.48 Km2, cifra que representa un 0.05% total de la entidad veracruzana. (Enciclopedia Municipal Veracruzana, Gobierno del Estado de Veracruz, Secretaría Técnica, edición 1998)

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viernes, 6 de febrero de 2009

El náhuatl, flexible y armonioso


Para mantener viva esta lengua, aparte de darle su relevancia histórica, es de elemental importancia también hablarla; enseñársela a nuestros hijos y explicarles su trascendencia. Aceptarla como nuestra nada nos quita, no nos empobrece en forma económica ni nos retrocede intelectualmente. Es verdad que el mundo está en constantes cambios y existen fenómenos que surgen y desaparecen, como las modas; pero una lengua es la raíz de un pueblo, es la huella de un pasado y es –en el caso del náhuatl- la identidad de un presente: nosotros.


Hablar o escribir en náhuatl no atenta contra los proyectos de avance intelectual ni social, por el contrario, fomenta y enaltece la cultura; hablar o escribir en náhuatl no implica necesariamente vestirse de manta, huaraches y sombrero. Es importante desligar el náhuatl de la miseria que padecen muchos grupos étnicos; los factores que determinan estas condiciones son otros y no precisamente la lengua indígena. Si llegáramos a un nivel suficiente de cultura ello sería el borrador de muchos prejuicios; nuestras ideas, por tanto, acerca del náhuatl serían distintas. Existen evidencias de que mientras es más bajo el nivel cultural en una persona, mayor es el rechazo que se le tiene a esta lengua; a algunos hasta les parece ridículo utilizar una lengua indígena. La tablita de salvación de esta herencia azteca es el estudio serio y la preparación constante.


La manera de cómo asimilamos primero y luego catalogamos el habla indígena nos afecta y nos causa traumas. Veamos brevemente cómo se da este problema. Un infante nace en el seno de una determinada familia y desde el principio se ambienta en este medio lingüístico; más tarde, posiblemente en el grado de preescolar, el niño conoce el castellano. A partir de allí va entendiendo que esta nueva lengua es la que se usa en las ciudades y en el país; es, pues, la lengua nacional o el idioma oficial de México. El náhuatl queda relegado, sin importancia, es el dialecto de los indios… El tácito mensaje viene siendo: utilízalo sólo en casa o en el pueblo.


Desde que nace, el pequeño encuentra gran importancia en el lenguaje de la familia, pero luego le sobreviene una especia de desilusión, con un trauma consecuente. Y este choque emocional puede sufrir, incluso, el menor cuyos padres le hablan en castellano desde que nace, pero que, por el medio en que se desenvuelve, de modo involuntario aprende y entiende bien el habla de los mexicas. Aquí lo que el niño debe comprender, con el apoyo de alguien, es que el náhuatl también tiene su importancia y puede usarse libremente lo mismo en su pueblo que en China o en Japón. Esto puede amortiguar el golpe traumático y evitar que el futuro ciudadano arrastre sus cadenas de inferioridad por el solo hecho de conocer una lengua que no es la oficial.


Hablar un idioma heredado por nuestros antepasados debe ser motivo de orgullo. En Paraguay, por ejemplo, la población se expresa en dos lenguas nacionales: español y güaraní. En la India, el hindi es el idioma oficial, pero se hablan 16 idiomas regionales y 844 lenguas y dialectos subregionales, sin que los hablantes muestren signos de inferioridad a la hora de expresarse en cualquiera de estas formas lingüísticas.


Hablar o escribir en náhuatl no indica de ninguna manera rechazar la cultura europea establecida, como el español y la religión católica. El castellano es el idioma oficial del país y sería absurdo que se pretendiera borrarlo o desecharlo de nuestra estructura social; es más, sería empresa imposible. Desde este punto de vista, nadie absolutamente está obligado a cultivar el náhuatl, es cuestión de cultura y de conciencia histórica de cada uno. Pero sería maravilloso que esta propuesta floreciera y que todos estuviéramos de acuerdo en preservar la lengua indígena.


Imaginemos platicando en náhuatl en la oficina, en el automóvil, en las fuentes de trabajo, en el avión, en la empresa, y, por qué no, en alguna nave espacial que realiza un viaje intersideral; sería bonito hablar en náhuatl aun siendo grandes y destacados profesionales, como abogados, médicos, arquitectos, etc.